Calienta
Para evitar lesiones, hay que calentar y subir la temperatura corporal. De esta forma evitaremos daños en nuestra musculatura y articulaciones. Es buena idea hacer ejercicios de movilidad articular, pero siempre a baja intensidad.
Hidrátate
La hidratación es básica para nuestro día a día, pero lo es más cuando practicamos deporte. Es importante que bebas agua antes del entrenamiento, durante y después.
Selecciona tu dificultad
Para evitar daños musculares o en las articulaciones, debemos de tener plena consciencia de nuestro nivel físico real. Lo ideal es escoger un ejercicio básico e ir incrementando dificultad, en función de nuestras mejoras.
Estira y respira
Los estiramientos son adecuados para después de la actividad, ya que sirven para relajar los músculos que pueden estar contraídos tras el ejercicio. Con ellos se trabaja la flexibilidad, un punto que en muchas ocasiones se olvida. No olvides que tener un control sobre tu respiración es esencial para conocer tu cuerpo y mejorar tu forma física.